En todos los aspectos de la vida
a veces nos encontramos con acontecimientos predeterminados, es decir, tales
que podemos decir el resultado de dichos acontecimientos antes de que finalice
o incluso de que comience.
Tal es el caso de:
1. Tirar una piedra desde un
edificio (sabemos que se caerá).
2. Calentar un cazo de agua (sabemos
que la temperatura sube).
3. Golpear una pelota (sabemos
que se va a mover, e incluso conociendo fuerzas que actúan etc., podemos
conocer precisamente donde caerá).
Tales acontecimientos o
experimentos de los que podemos predecir el resultado antes de que se realicen
se denominan experimentos deterministas. Sin embargo, analicemos otro tipo de
experimentos, mucho más interesantes desde el punto de vista matemático:
Imaginemos que lanzamos un dado
al aire (normal, de 6 caras y no trucado). ¿Podemos predecir el resultado que
vamos a obtener? Evidentemente no. Este es un experimento que no es
determinista.
A este tipo de experimentos, en
los cuales no se puede predecir el resultado antes de realizar el experimento
se les denomina experimentos aleatorios.
Otros ejemplos de experimentos
aleatorios pueden ser:
Tirar una moneda al aire y
observar que lado cae hacia arriba, rellenar una quiniela de futbol, jugar una
partida de póker y, en general, cualquier juego en el que intervenga el azar.
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